El Terrible Willka |
Antonio Dubravcic Luksic
Gastón Cornejo Bascopé
En 1898 la oligarquía paceña comenzó a
confabular para que la sede del Gobierno sea trasladada de Sucre a
La Paz. Esgrimió, como fino pretexto, la idea de federalizar al
país. Un paceño, el Gral. Pando, senador por Chuquisaca, se puso a
la cabeza del ejército altiplánico y muchos sucrenses se presentaron
como voluntarios para defender la capitalidad. |
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Se situaron en las calles cercanas a
la plaza, incendiaron seis o siete casas, robaron, destruyeron todo
lo que encontraban a su paso y dieron muerte a algunos vecinos,
entre ellos a Lorenzo Blacutt, Gregorio Luna y otros. Luego
estrechando más el campo de acción, cercaron la manzana donde estaba
la iglesia y la incendiaron íntegramente. |
Al caer la tarde, la turba comandada
por PABLO ZÁRATE WILLKA,
rompió la puerta de la iglesia; un sacerdote R.P. Fernández de
Córdova blandiendo el santo crucifijo les pidió paz en nombre de
Dios. A este y a otros dos más, los llevaron a la plaza. Cercenaron
la pierna de uno de ellos, le abrieron el pecho y extrajeron su
corazón para comérselo. Después de descuartizar a machetazos a los
otros dos curas, se dirigieron hacia el interior de la iglesia,
envalentonados por su gran hazaña. |
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A otros les mutilaron los pies;
luego, las manos antes de ser degollados. A los demás los llevaron
hasta las vigas del templo para amarrarlos de los pies, quedando
colgados boca abajo. Con sus cuchillos filosos, y con una precisión
de expertos carniceros, les vaciaron todas las vísceras. |
En mi libro Epitafios demostré la
ofensa histórica que la municipalidad de Cochabamba ejerce al haber
adoptado como escudo departamental la imagen musulmana del blasón
familiar del virrey Toledo, el genocida de los originarios en la
Mita colonial y además, colocado en insólito homenaje, a los pies de
la Columna de los Héroes donde justamente fueron inmolados Eras y
Gandarillas, Antezana, Luján, Ferrufino, las víctimas de la
Independencia patria.
ARTÍCULO DE “EL HERALDO” Cochabamba
25 de enero de 1889.
1. José L. Raña, abogado, empleado
de la Compañía Unificada, liberal. |
El monumento fue levantado en el
Cementerio General de Sucre en homenaje a los 27 héroes de la
batalla de Cosmini – Ayo – Ayo. Es una obra magnífica que invita a
la reflexión, cómo valientes chuquisaqueños entregaron sus vidas por
la reivindicación de los derechos de la tierra que los vio nacer.
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“Lugentes Campi es el título de un escrito sobre los sucesos de Ayo Ayo del eminente orador Mariano Baptista. En una hermosa alegoría el conocido pintor José García Mesa, trasladó al lienzo con una habilidad digna de él, el campo de dolor descrito en el artículo mencionado. Bolivia, representada por una mujer, tiene retratada en su semblante, la más viva desesperación y entre sus manos está arriada la tricolor; a lo lejos se distingue el incendio de templo de Ayo Ayo y a cierta altura se divisan las siluetas de Córdova, Sanjinés, los hermanos Loza y demás mártires con un parecido formidable”. |
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Las innecesarias crueldades de los
soldados unitarios también provocaron en respuesta una terrible
masacre en la iglesia de Ayo Ayo, donde el escuadrón constitucional
Sucre fue muerto en manos de los indígenas. La muerte de lo más
selecto de la juventud sucrense en Ayo Ayo fue un golpe difícil de
olvidar para los chuquisaqueños. Indignado por estos acontecimientos
Mariano Baptista escribió uno de los artículos más racistas contra
la población aimara titulado “Lugentes Campi”, campos del dolor. |