EL COMBATE DE TAMBILLO,
Coronel Rufino Carrasco, |
Martha Dora Salazar Burgos
Presidenta, Sociedad Geográfica e Histórica de los Chichas, Tupiza
El Combate de Tambillo
fue uno de los acontecimientos militares que le dio gloria a
Bolivia, y fue el único combate ganado por el Ejército Boliviano a
raíz de la invasión de Chile a nuestras costas en 1879. El Coronel
|
En el año 1979, un año antes
del centenario de la invasión chilena, un equipo de investigación histórica a la
cabeza del escritor Fernando Cajías de la Vega, encontró en la Biblioteca y
Archivo Nacionales de la ciudad de Sucre dos informes originales de la época
sobre el Combate de Tambillo. Uno de los informes fue elaborado por su propio
jefe, el Coronel Rufino Carrasco, y fue enviado desde Toconao, que está ubicado
en la Provincia Atacama, al Coronel Lino Morales, Jefe Superior Militar de las
fuerzas residentes en las Provincias de Lípez, quien a su vez lo transcribió,
para enviarlo a sus Jefes Superiores. Esta re transcripción está fechada el 14
de diciembre de 1879. El otro documento también fue enviado por don Rufino
Carrasco al Jefe de Estado Mayor de la 5º División desde San Cristóbal, después
de retornar de su campaña en Atacama; está fechado el 27 de diciembre de 1879.
Estos dos documentos los publicó don Fernando Cajías de la Vega en el periódico
Presencia (LaPaz) el 16 de diciembre de 1979. Son una prueba indiscutible de la
existencia del Combate de Tambillo. Además de los dos documentos mencionados, el
Coronel Carrasco publicó un tercer documento en La Paz, en abril de 1880, su
famoso “Manifiesto”.
Por estos tres documentos se sabe que, en febrero de 1879, se recibió la triste
noticia de que nuestro territorio del Litoral, había sido invadido por fuerzas
chilenas y que la zona comprendida en los grados 23 y 24 de latitud sur fue
ocupada. Sabedor de esto, don Rufino Carrasco voló a Potosí a ofrecer sus
servicios a la 5ª División. El General Narciso Campero, después de una
entrevista, lo aceptó y lo volvió al servicio de las armas en el grado de
Coronel. Se le dio la orden de formar un Cuerpo de Caballería en Tupiza, que
serviría de vanguardia de la 5ª División. Muchos jóvenes se alistaron a sus
expensas y en sus propios caballos.
Fernando Cajías de la Vega, en su artículo “Batalla de Tambillo” hace referencia
al diario de campaña de la 5ª División, escrito por el comisario de Guerra,
Manuel Alba, que menciona a todos los componentes del Escuadrón y de donde eran.
Citamos:
El Escuadrón Francotiradores lo forman la vanguardia que salió de Cotagaita con
el Teniente Coronel César Moscoso y con el que trajo de Tupiza el Coronel
Carrasco, los nombres de tan distinguidos caballeros que recomendamos a la
consideración de nuestros compatriotas y que la historia del país debe
conservar, son los siguientes: Capitanes Enrique Mendivil (Estarca), Manuel
Aramayo (Suipacha).
PRIMERA COMPAÑÍA
Teniente 1º Mariano Resina (Sucre), Antonio Pareja (La Paz), Agustín Aramayo (Talina),
Teniente 2º Torcuato Alfaro (Suipacha), Rodolfo Abaroa (Atacama), Mariano
Calancha (Sucre), Desario Alfaro (Suipacha), Teniente Graduado Juan B. Aramayo (Talina),
Subteniente Aristipo Arraya (Tupiza), Venancio Toro (Sucre), Rosendo Justiniano
(Tupiza), Nicolás Carrazana (Chiu Chiu), José Núñez (Sucre), Félix Wayar (Santa
Catalina), Lorenzo Pérez (Portugalete), Liborio Aramayo (Talina).
SEGUNDA COMPAÑÍA
Comandante Evaristo Casasola (Tarija), Sargento Mayor Juan Carretero (Tupiza),
Capitanes Manuel Maria Oliden (Potosi), Segundo Altamirano (Cinti).
Teniente 2º Juan Cortez (Tarija), Severo Aparicio (Tupiza), Simón Colodro
(Tarija), Amadeo Martínez (Tarija), Toribio Montellanos (Tarija), Gualberto Ruiz
(Buenos Aires), Mariano Millares (Tarija), Daniel Ríos (Tarija), Máximo Iraola
(Potosí), Simón Mariscal (Potosí), Baldomero Bracamonte (Catamarca), Manuel
Aparicio (Tarija), Antonio Gorena (Tupiza), Antonio Ojalbo (Portugalete),
Hipólito Zamora (Nazareno), Issac Ustares (Nazareno), Froilán Infante (Potosí).
Sargento 1º Justo Quinteros (Chiu Chiu), Pascual Cortés (Tarija), Asencio Ríos
(Chiu Chiu).
Cabo 1º Andrés Lazo (Lípez), Cabo 2º Diego Mercado (Cochabamba), Cadetes Agustín
Abaroa (Santa Marta), Alberto Gómez (Talina), Federico Alfaro (Suipacha).
Sargento 1º Manuel Barroso (Lípez), Sargento 2º Felipe Aramayo (Moraya), Gabino
Torres (Cotagaita), Federico Baldiviezo (Tarija), Juan de la Cruz Calera (Estarca),
Rufino Rivera (Mojo), Manuel Lens (Tarija).
PLANA MAYOR
Coronel 1º -Jefe Rufino Carrasco (Talina)
Coronel 2º Mariano Colodro (Tarija)
Coronel 2º -Ayudante Mayor- Julio Aramayo (Mojo)
Teniente Graduado Máximo Morales (Estarca)
Teniente Coronel César Moscoso (Sucre)
Teniente Graduado -Portaestandarte- Rosendo Aramayo (Estarca)
Comandante Eugenio Patiño (Cochabamba)
Mayor Graduado Eloy Delgadillo (Potosí )
Este es el Escuadrón que dio gloria a la patria en la jornada de Tambillo”, que
fue decisivo en la Guerra del Pacífico, porque cambió totalmente los planes
usurpadores de Chile. Antes de Tambillo el plan de Chile era: de penetrar hasta
Potosí, para tomar las minas de plata y controlar la parte Sud de Oruro;
interceptar los posibles suministros de cereales, ganado y otros productos para
el ejército del General Daza, que pensaban se podía hacer desde Chuquisaca,
Potosí y la República Argentina. Después de la aplastante derrota de los
chilenos en el Combate de Tambillo, el objetivo fue de dirigirse hacia el norte
a Lima, como posteriormente lo hicieron.
Los dos informes originales de la época sobre el Combate de Tambillo son los
siguientes (ortografía original).
BOLIVIA
Escuadrón Franco-Tiradores.
San Cristóbal, Diciembre 27 de 1.879
Al señor Jefe de Estado Mayor de la Quinta División S.J. de E.M.
Con mucha satisfacción he leído su estimable oficio de 19 del presente, en el
que se sirve U. felicitarme a nombre del Comandante Gral. de la División y de U.
y por mi órgano al Escuadrón Franco-Tiradores por el hecho de armas de 6 de
corriente en el punto de Tambillo.
Para mi Sr. Jefe de Estado Mayor no tiene tanto mérito ese hecho, cuanto el
haber hecho una marcha esforzada y feliz por haber llegado al pueblo de Chiu
Chiu sin ser sentido por el enemigo y ponernos a siete leguas de distancia de
fuerzas mui superiores en número que contaban con ametralladoras y cañones, 600
hombres de infantería, 80 cazadores y 300 rotos armados todos de rifles.
Permanecí con el Cuerpo de mi mando 26 horas en dicho pueblo, resuelto a
resistir cualquier ataque.
Una circunstancia imprevista hizo variar mi plan y marché resuelto a atacar una
fracción de fuerzas invasoras que guarnecían la Capital de Atacama, de cuyo
resultado ya tiene U. conocimiento.
Sabedor de que debían llegar fuerzas enemigas de Calama y Caracoles por
distintos rumbos, siempre en número mui superior, como punto estratégico, me
retiré a 8 leguas al punto de Toconao para atraerlos al campo raso y por medio
de una sorpresa batir esas fuerzas; obligado por la escases de víveres para la
subsistencia de las fuerzas de mi mando, falta de forraje para las bestias,
resolví hacer mi retirada el 14, como que en efecto, salí ese día a la una p.m.
después de que llegaron el 13ª Atacama de 500 a 600 chilenos [a los] mencionados
pueblos de Caracoles y Calama.
Mi objeto, hasta que estas fuerzas llegaran a la Capital de Atacama, fue
ocasionar al enemigo gastos ingentes, como así fue, movilizando sus fuerzas en
todo el Litoral; haciendo venir más fuerzas todavía de caballería del puerto de
Tocopilla. Ese enemigo cobarde que contando con 200 soldados entre Calama y
Carocoles y Carmen Alto no se atrevió a atacarme en los 12 días que permanecí en
posesión de la Provincia de Atacama, recorriendo su línea por distintos puntos.
Salí pues del Valle de Toconao como le tengo dicho el 14 a la una p.m. por
caminos extraviados sin recursos suficientes. En una marcha penosísima de diez
días, tuve el sentimiento de dejar 26 bestias en el trayecto: pasamos cuatro
días sin tomar una cucharada de caldo pero siempre resignados y perseverantes,
sobreponiéndonos a todas las penalidades y privaciones consiguientes a la
campaña.
El 23 arribé a esta Capital con el Cuerpo a mi mando en número de 97, habiendo
salido de aquí el 24 de noviembre con 69 hombres incluso el suscrito, y tuve la
satisfacción de dar cuenta de la honrosa comisión que se me había confiado al
Sr. Comandante General de la Frontera del O.E. de la Republica, después de haber
recorrido 200 y tantas leguas en todo el tiempo que estuve separado de la
fuerzas existentes en esta Capital. Temo distraer sus grandes atenciones y omito
más detalles.
Hoi por disposición del Sr. Comandante General de la Frontera de O. E. salgo con
el Cuerpo de mando a la quebrada de Estarca para restablecer la caballada, que
se encuentra en lamentable estado, dejando en esta capital 25 rifleros montados
por orden del expresado Comandante General O.E. tengo el sentimiento de anunciar
a U. que en cuarenta días de las fechas, estando mui bien comida, la caballada
no podrá prestar servicio [alguno] recién.
Sírvase Sr. Jefe de Estado Mayor, dar lectura de este oficio al Sr. Comandante
General de la División y manifestarle a nombre mío y del Escuadrón
Franco-Tiradores, nuestra profunda gratitud por la felicitación que se ha
dignado hacernos.
Con este motivo, tengo el agrado de ofrecer a U. mis consideraciones de
estimación y respeto.
Dios guarde a Ud.
Rufino Carrasco
Transcribimos el texto del segundo informe a continuación (ortografía original):
INFORME 2: COPIA
Bolivia Escuadrón Franco-Tiradores
Vanguardia de la 5ª División, Toconao, Diciembre de 1.879
Al Sr. Jefe Superior Militar de las fuerzas recientes en la Provincia de Lípez
Sr:
Consecuente con el tenor de mi último oficio dirigido a U. del punto trópico
continué mi marcha el 27 pasado habiendo llegado al pueblo de Chiu Chiu el 3 del
presente a las cinco de la mañana sin ser sentido por el enemigo, para
sorprender a las fuerzas que creí se encontraban en ese pueblo, como era de
suponerse. Más, una vez posesionado de la plaza, tomé presos a todos los
chilenos agentes de las fuerzas de Calama, dictando las medidas más convenientes
al caso para no ser sentido por los invasores que se encontraban fortificados en
aquel pueblo, con la resolución firme de darles un asalto. Su número pasaba de
600, con las ametralladoras de artillería, aparte del rotaje a quien se le dé un
llamamiento general para que tomara las armas. Entre los varios chilenos que
venían de Calama, los tres últimos que iban a caer en nuestro poder lo mismo que
los demás, éstos inmediatamente de ver a los nuestros se pusieron en fuga.
Perseguidos, fue tomado uno, otro muerto y el último escapó. Este fue quien dio
aviso de habían fuerzas bolivianas en Chiu Chiu en el momento se pusieron los
enemigos en Calama para atacarnos apoyados en número triple de fuerzas con que
contaban, este acontecimiento hizo variar mi campaña.
El 4, horas de p.m. salí con el cuerpo de mi mando con dirección a la Capital de
Atacama, para atacar la fuerza enemiga que se encontraba guarneciendo esa plaza.
Marché pues trasnochado hasta llegar al establecimiento de San Bartolo, donde
llegué a las once a.m. del día cinco después de una marcha forzada, pero de
Calama habían dado aviso de ese movimiento y nos esperaban listos para presentar
combate. Resolví entonces que descanzara la tropa y hacer algunos arreglos. A
las doce p.m. emprendí mi marcha en son de combate para no ser sorprendido en el
trayecto por alguna emboscada enemiga. Eran las cinco a.m. me encontraba en el
punto de Tambillo, legua y media del pueblo; día antes el enemigo había tomado
posiciones mui ventajosas y tan luego como descubrieron la vanguardia hicieron
una descarga sobre estos. Inmediatamente dispuse el plan de ataque y que
entraran en combate las fuerzas que comandaban los Tenientes Coroneles Moscoso y
Patiño.
El 1º tomó izquierda y el 2º cargó de frente, rompiendo sus fuegos a paso de
vencedores, desalojarlos de sus parapetos a los Cazadores del Desierto, que éste
es el nombre del Cuerpo al que pertenecían, un cuarto de hora fue suficiente
para nuestros bizarros Jefes y rifleros que atacaron arrollándolos y poniéndolos
en completa derrota; quedando en nuestro poder once prisioneros y varios
heridos, los muertos de la parte enemiga suben a doce individuos. Los demás
escaparon por estar bien montados. En el acto ordené se reunieran todos los
pertrechos de guerra tomados al enemigo que consisten en rifles Winchester con
alguna dotación, 14 espadas, 10 caballos, monturas y corriaje.
Terminado este arreglo que se hizo con la rapidés de las circunstancias, seguí
mi marcha al pueblo. Inmediatamente me ocupé de restablecer las autoridades y
disponer de mi fuerza para resistir cualquier ataque de las fuerzas que se decía
venían de Calama y Caracoles.
De nuestra parte tengo que deplorar la muerte de Los Valientes, Teniente 1º
Desario Alfaro, del Sargento 1º Juan de la Cruz Calera quienes fueron muertos
por una descarga y haber avanzado sobre un grupo de los enemigos. El 1º tenía
cuatro balazos y el 2º tres: un herido el Subteniente Ernesto Carrasco.
Empleando el cálculo militar y la estrategia se pudo burlar al enemigo que debía
llegar a Atacama de los puntos anteriormente indicados y atacarlo tomando
posiciones ventajosas.
Hasta este momento que escribo, son las cuatro p.m. no tengo aviso alguno del
movimiento enemigo y me encuentro siempre dispuesto para cualquier momento y
librar combate siempre que las fuerzas enemigas no sean en número muy superior.
Tengo que recomendar en general y a los Jefes y Oficiales de Franco-Tiradores su
abnegación, patriotismo, perseverancia en la cruda y rigurosa campaña en que nos
encontramos, sería largo referirle a U. minuciosamente las privaciones y
penalidades y alistar a cada momento con rifle en mano. Me es sumamente extraño
que el Sr. Gral Campero y U., después de haberme encomendado una expedición tan
difícil, lanzándome con solo 70 hombres hasta ponerme a las ocho leguas donde se
encuentran fuerzas considerables del enemigo, no haya recibido refuerzo para
apoyarnos. Nosotros resueltos a sacrificarnos por la patria no omitimos medio
alguno de hacerlo; pero de cualquier fracaso que hubiera en lo sucesivo; Uds. y
solo Uds., serán responsables ante el pueblo boliviano.
Algo más, no he recibido herrajes, ni recursos de ninguna clase hasta hoy, ni
oficio en que se me haga conocer los movimientos de la 5º. División.
Usted debe comunicarme sus órdenes y mandarme recursos por vía Quetena, porque
en último caso poraí [por allí] será mi retirada.
Con 200 hombres [sanos] que U. mande, pero que vengan a marchas redobladas,
puedo contestar a U. de la toma de Caracoles y últimamente Calama y de este modo
estar siempre en posesión de esta importante Provincia de Atacama y haber hecho
que respiren nuestros hermanos que estaban bajo la presión brutal; estúpida de
invasores, sería pues mui doloroso hacer una retirada para que volvieran a
ocupar nuestros enemigos i entonces ejercer las venganzas más salvajes: i tal
vez reducir a cenizas estos pueblos indefensos. U. debe comprender que estando
nosotros en posesión, hemos cortado toda clase de recursos al enemigo. Con
respecto a los forrajes entre Chiu Chiu [y] Atacama pueden mantenerce 500
bestias perfectamente, con este motivo tengo el agrado de ofrecer a U. mis
consideraciones i respeto, dios guarde a U.
Rufino Carrasco
Es copia fiel del original
Lípez 14 de diciembre de 1.879
El Coronel
L. Morales
Transcribo las correspondientes respuestas de los Jefes Superiores del Coronel
Rufino Carrasco.
Anexo Nº 1º Estado Mayor de la 5º División Comando, Diciembre de 1.879
Al señor Coronel Jefe del Escuadrón de Franco-Tiradores, Coronel Rufino
Carrasco, Señor Coronel:
El señor Comandante de la 5º División ha oído con profundo agrado la lectura del
parte que con fecha 6 de corriente ha pasado usted a este Estado Mayor. Tengo
orden de felicitarle por el magnífico éxito que han alcanzado nuestras armas en
el encuentro de 6 de diciembre y prevenirle que sin demora alguna se retire
usted a San Cristóbal porque hay inminente peligro de que el enemigo corte la
retirada a usted. Con este motivo, tengo el agrado de felicitar a usted y a cada
uno de los jóvenes que forman el Escuadrón de Franco-Tiradores, como su atento y
S.S. (Fdo)
Francisco Benavente
Anexo Nº 2 Secretaría General del Estado, Sección de Guerra. Oruro 13 de Febrero
de 1880. Al señor Coronel Rufino Carrasco, Tupiza o Talina
Señor Coronel:
Aplaude el Jefe Supremo Provisorio de la Nación el bélico entusiasmo con que
usted aspira a tener un puesto en el ejército radicado en el Perú. Dispone en
consecuencia que entregando usted personalmente las fuerzas de su mando al señor
Coronel Segundo Gámes, se presente en Potosí al Jefe Superior Político del Sud,
a objeto de liquidar las cuentas de los fondos recibidos para el sostén de su
columna terminada esta operación, se encaminará usted al Cuartel General de
Tacna y se pondrá a órdenes del Señor Comandante en Jefe del Cuerpo allí
residente. No duda el Jefe Supremo que con esta medida brinda un teatro digno
del valor del Coronel Carrasco de quién se suscribo atento y S.S.
(Fdo) Narciso Campero, Ladislao Cabrera
Cuatro días después del Combate de Tambillo, el 10 de diciembre remitieron los
prisioneros a Tupiza. Después de la victoria marcharon a San Pedro, donde fueron
alegremente recibidos, y restablecidas las autoridades bolivianas, se dispuso
las fuerzas para resistir el ataque chileno, pero con la esperanza de la llegada
de refuerzos: éstos no llegaron.
La dolorosa retirada tuvo que darse y desde Toconao. Los Francotiradores dieron
una larga y penosa vuelta hasta llegar a San Cristóbal el 23 de diciembre, y por
orden del Comandante de la 5º División siguieron marcha a Sud Chichas.
El Jefe Superior de los Departamentos de Potosí y Tarija, General Nicanor
Flores, mandó al Coronel Carrasco la orden de marchar a Potosí, pero llegando a
Tupiza, recibió un segundo oficio donde el General Flores le ordenaba conducir a
pie a los 30 soldados que perdieron sus caballos. En Tupiza las autoridades le
informaron de la carencia absoluta de recursos para poder cancelarles sus
sueldos.
Después de seis semanas, el Subprefecto les entregó 600 bolivianos, con los que
pudieron viajar a Potosí. En Cucho Ingenio Carrasco se encontró con el Coronel
Segundo Gamés, que venía a hacerse cargo del Escuadrón de Carrasco, ya que él
había pedido su traslado al teatro de guerra, pedido que le fue concedido. El
Coronel Carrasco marchó a Potosí, solo, como le previno el General Flores, fue
recibido hostilmente y se lo condujo al Batallón Calama, permaneciendo solo,
incomunicado y procesado. No pudieron probar nada en su contra, y finalmente lo
pusieron en libertad. Presentó sus cuentas con un saldo a favor de 400
bolivianos que no se le canceló, por orden del General Flores.
Después de permanecer dos meses en Potosí, le proporcionaron pasaporte,
negándole el “diario” que la nación le pasaba como a Jefe de Campaña. Cuando
llegaron a Potosí los jefes y oficiales que expedicionaron al Litoral con tanto
patriotismo, fueron disueltos sin pagarles sueldos atrasados y con orden de
abandonar la ciudad de Potosí en el plazo de 24 horas. Tuvieron que soportar
tantas humillaciones de Flores, que en la cobarde dispersión de San Francisco
fue el primero en escapar a la vista del enemigo, y fue a ocupar en el interior
de la República altos puestos para vengarse de los hombres patriotas que
arriesgaron la vida en los campos de batalla.
El pueblo de Potosí socorrió en lo moral y material a los valientes hijos de
Chichas, en Tupiza también fueron socorridos por las dignas señoras de esta
población. Con la tranquilidad del deber cumplido, el Coronel Carrasco declaró:
En cuanto a mí, haciendo la reversión sobre mi espíritu, hallo que he cumplido
mis deberes con entera subordinación y leal patriotismo. En homenaje a la
justicia y honor a los bolivianos declaro que durante el combate, así como en
toda la travesía por el desierto, no vi palidecer ni manifestar temor,
descontento o fatiga a ninguno de mis hombres. Su moral y disciplina eran
severas y ejecutadas con todo [el] vigor que demandaban las circunstancias
solemnes por las que atravesamos. En el corazón mismo de la Provincia de Atacama
se presenciaron dos actos de valor y heroica consideración en el lapso corrido
del 14 de febrero al 6 de diciembre de 1876; dos combates en los que un puñado
de valientes bolivianos resistieron y lucharon en medio del desierto, contra los
enemigos de la nacionalidad. Calama y Tambillo, 23 de marzo y 6 de diciembre, no
son otra cosa que la resistencia a la conquista, a la invasión alevosa de Chile,
la protesta del boliviano contra el ultraje, la resistencia a sangre y fuego,
cualquiera que fuese el número, el resultado y los recursos de que pudieran
disponer los defensores. Bolivia luchó y luchará eternamente, hasta conseguir la
reivindicación de su territorio, hasta castigar a los que osaron profanar el
suelo patrio. Nuestro sacrificio no será estéril por que emana de la justicia y
son tan puros nuestros anhelos como nuestro sacrifico por la redención.
En esta forma fueron tratados el héroe de Tambillo y su escuadrón, después de
que en forma sacrificada, valiente y patriótica defendieron del usurpador
araucano lo territorios de Atacama. Por culpa del Comando de la 5º División, que
no mandó en su oportunidad refuerzos y equipo, se perdió la oportunidad de
reconquistar Atacama. El comportamiento de esos siniestros personajes que eran
Jefes y Comandantes; que se escondían tras los escritorios, corruptos y
traidores que se apropiaban de los “diarios” de los oficiales y tropa, es una de
las razones porqué Bolivia perdió su Litoral.
La fotografía de don Rufino Carrasco se encuentra en el Salón Municipal de
Tupiza, entre los hombres célebres de la Provincia Sud Chichas. El 10 de julio
de 1952, en el aniversario del nacimiento del Coronel Rufino Carrasco, el pueblo
de Tupiza colocó una placa recordatoria en Talina, lugar de su nacimiento,
rindiéndole homenaje a este inmortal héroe chicheño.
Si todos los bolivianos hubieran defendido nuestro territorio como los soldados
del Escuadrón Francotiradores en la Guerra del Pacífico, con patriotismo, con
bravura, los asaltantes chilenos jamás hubieran podido perpetrar la cruel
desmembración a nuestro territorio. Después de nueve años de la Guerra del
Pacífico recién se lo reconoció al Coronel Carrasco por aquella gloriosa hazaña
en el Desierto de Atacama. Transcripción de la Resolución Legislativa del 1º de
noviembre de 1888:
Ejército Nacional, son ascendidos a Generales de Brigada los Coroneles, Antezana,
González, López y Carrasco, Cámara de Senadores.
El Senado Nacional en vista de las ternas propuestas por el Ejecutivo en 29 de
octubre último para el ascenso al alto grado de Generales de Brigada del
Ejército y en uso de las atribuciones del Art. 64 de la Constitución Política
del Estado, Resuelve: Quedan ascendidos al alto grado de Generales de Brigada
los Coroneles Belisario Antezana, Ramón González, Julián María López y Rufino
Carrasco, comuníquese al Poder Ejecutivo, Sala de Sesiones del Senado Nacional
en Sucre a 31 de octubre de 1888.
J.M. del Carpio, Roberto Téllez, Secretario; Sucre, noviembre 1º de 1888”.
Cúmplase conforme a la Constitución Política del Estado, Aniceto Arce, Julián M.
López.
BIBLIOGRAFIA
Fernando Cajías de la Vega, “La Batalla de Tambillo”, (Presencia, La Paz, 16 de
diciembre, 1979
Cesário Aramayo, Los Pueblos del Sud.
Carlos Torres Doria Medina, Hablemos de los Chichas