Bolivia nació con el mar que Chile usurpó y le prometió devolver en varias ocasiones |
La historia de la centenaria controversia esta
consignada en la memoria que Bolivia presentó para compendiar los argumentos del
juicio contra Chile en la corte de La Haya. Revise las imágenes de las
propuestas para otorgar mar a Bolivia.
Chile admitió que antes de 1879 el Litoral era de Bolivia. Tras su invasión a
zonas costeras bolivianas y posterior Guerra del Pacífico que cercenó su
cualidad marítima se comprometió a ceder parte del territorio usurpado,
inclusive después de la firma del Tratado de 1904 que fijó los límites entre
ambos países.
Así se refleja en la memoria que Bolivia presentó a la Corte Internacional de
Justicia (CIJ) para compendiar los argumentos de su demanda en la que pide se
obligue a Chile a negociar un acceso al mar sobre la base de varios compromisos
hechos en más de una centuria.
Este es un repaso de esos compromisos.
Bolivia nació con mar
Mapa oficial de Bolivia de 1859. Fuente: Memoria de Bolivia del juicio en la CIJ.
La memoria boliviana remarca que “las
Constituciones bolivianas de 1831 y 1834 declararon que la Provincia del Litoral
constituía una parte integral del territorio de Bolivia. Posteriormente, el
Departamento del Litoral fue creado en esta Provincia y declarado por las
Constituciones bolivianas de 1839 y 1843 como parte del territorio boliviano”.
La invasión de tropas chilenas al puerto boliviano de Antofagasta. Foto: Internet.
1895 y el primer Tratado de paz
En ese
entonces—cita la memoria boliviana— Chile se comprometió expresamente a
“adquirir el puerto y territorios de Tacna y Arica, entonces en disputa con
Perú, con el propósito ineludible de cederlos a Bolivia”.
Chile asumió además que si no lograba obtener este territorio, le daría a
Bolivia un acceso soberano alternativo al Pacífico a través de “Vítor u otra
entrada equivalente” y reconoció que su obligación “no se considerará cumplida,
hasta que ceda un puerto y un área que satisfaga plenamente las necesidades
actuales y futuras del comercio y la industria bolivianos”.
1904 y el Tratado de Paz y Amistad
El escrito boliviano apunta que “ese Tratado restableció las relaciones de paz y amistad entre Bolivia y Chile, poniendo fin al régimen establecido por el Pacto de Tregua (Artículo I), y reconoció el dominio de Chile sobre los territorios ocupados de Bolivia (Artículo II). Chile también reconoció que Bolivia tenía un derecho de tránsito comercial libre a través de sus territorios y puertos en el Pacífico (Artículo VI) y estipulaba compensaciones financieras (Artículo IV) y la construcción de un ferrocarril de Arica a La Paz (Artículo III) Además, precisa que “el Tratado de 1904 abordó la cesión del Departamento del Litoral de Bolivia pero no el acceso soberano de Bolivia al mar en los territorios costeros ocupados más al norte”.Chile asegura que así se dio culmen a los asuntos pendientes con Bolivia, pero el tema del mar se instalaría en la agenda bilateral hasta el siglo XXI.
1920 y la oferta de cesión de territorio en Arica
El legajo boliviano reseña además que Chile “afirmó su voluntad de negociar un acceso soberano al Pacífico en declaraciones ante la Sociedad de Naciones y en la Ley de Aprobación Oficial del 10 de enero de 1920 (Ley de 1920) en virtud de la cual confirmó su voluntad de ‘hacer todos los esfuerzos para que Bolivia adquiera un acceso al mar propio, cediendo una parte significativa del área al norte de Arica’”.
1950, cuando se reflota la oferta de 1895
Ese año, ambos países intercambian notas para reflotar el plan de solución perfilado en 1895. La memoria boliviana hace hincapié en que “Chile reafirmó una vez más su compromiso de negociar un acceso soberano al mar para Bolivia. En respuesta a la Nota Boliviana de 1 de junio de 1950 que se refería, entre otros, al Tratado de Transferencia de 1895 según el cual ‘la República de Chile... aceptó la transferencia a mi país de un acceso propio al Océano Pacífico’”.
“La nota chilena de 20 de junio de 1950 confirmó que ‘está dispuesta a entablar formalmente negociaciones directas encaminadas a encontrar una fórmula que permita otorgar a Bolivia un acceso soberano al propio Océano Pacífico y que Chile reciba una compensación’ de carácter no territorial que efectivamente tenga en cuenta sus intereses”, se añade.
En este periodo “el presidente chileno Gabriel González Videla, en una visita a los Estados Unidos, informó al presidente estadounidense Harry Truman de una posible solución por la cual Bolivia aceptaría el uso de las aguas del lago Titicaca, ubicado en el Los Andes bolivianos y peruanos, para el desarrollo hidroeléctrico chileno, a cambio de que Bolivia reciba acceso soberano al mar, señalando que Estados Unidos podría financiar este proyecto”. Se añade que “según los informes, el presidente Truman reaccionó favorablemente. Sin embargo, Bolivia nunca fue informada oficialmente por Chile sobre este proyecto”.
1975 y el hito del Abrazo de Charaña
Ese año se gestó uno de los ofrecimientos chilenos más claros. Bolivia reseñó a la CIJ que “en 1975, los presidentes boliviano y chileno, Hugo Banzer Suárez y Augusto Pinochet Ugarte, firmaron una declaración conjunta en la ciudad fronteriza de Charaña para abordar ‘la situación sin salida al mar que afecta a Bolivia”.
La propuesta de Chile se ceder un corredor a Bolivia paralelo a Línea de la
Concordia. Fuente: Memoria de Bolivia del juicio en la CIJ.
“Una nota de Chile del 19 de diciembre de 1975 confirmó que, a pesar del Tratado de 1904, Chile ‘estaría dispuesto a negociar con Bolivia la cesión de una franja de territorio al norte de Arica a la Línea de la Concordia’”.
En ese entonces, Bolivia propuso la cesión a su favor “de un pedazo de territorio soberano a 50 kilómetros a lo largo de la costa y de 15 kilómetros de ancho en una región adecuada que se determinará, alternativamente, cerca de Iquique, Antofagasta o Pisagua”.
Inclusive el tercero en conflicto exteriorizó una propuesta. “El 19 de noviembre de 1976, Perú presentó un Memorando a Chile en el cual hizo su propia propuesta” que estaba vinculada al “establecimiento, en la Provincia de Arica, siguiendo el Corredor, de un área territorial bajo la soberanía compartida de los tres Estados Perú, Bolivia y Chile, ubicado al sur del límite peruano-chileno, entre la Línea de la Concordia, la carretera Panamericana, la zona norte de la ciudad de Arica y la región costera del Océano Pacífico”. “Chile rechazó la propuesta peruana”, destaca el legajo.
La Agenda de 13 puntos y el enclave en Tiviliche
Los
presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Chile, Michelle Bachelet, acordaron
una agenda de 13 puntos que incluyó “el Punto VI” identificado como el “Problema
Marítimo” y, en ese marco y de manera reservada, “también se discutió la
posibilidad de crear
un enclave boliviano en la costa chilena”.
El presidente boliviano reveló que la entonces presidenta del Senado Ana María
Romero de Campero viajó a la costa con autoridades chilenas para hacer un
sobrevuelo con el fin de identificar el lugar más apropiado para el enclave. Se
había hablado de un puerto en la bahía de Tiviliche.
Todo este derrotero culminó en 2011, con el gobierno del chileno Sebastián
Piñera, quien llegó a La Moneda con la premisa que su país “no tiene disputas
fronterizas pendientes con Bolivia” y que este asunto fue “claramente resuelto
por el Tratado de Paz y Amistad (de 1904), que está en pleno vigor”.
2011, el año del repudio chileno y el anuncio del juicio
“Así, para
2011, después de más de un siglo de acuerdos, compromisos y garantías que
abarcan el Pacto de tregua de 1884, el Tratado de transferencia de 1895, la Ley
de 1920, el Memorándum mate de 1926, el Canje de notas de 1950, el Memorándum
Trucco de 1961 y el 1975 Declaración conjunta de Charaña, además de varias
declaraciones chilenas y resoluciones unánimes de la OEA, Chile simplemente
rechazó cualquier negociación adicional y repudió sus obligaciones con respecto
al acceso soberano de Bolivia al mar”, destaca la memoria de Bolivia.En febrero
de ese año, el presidente Morales había enviado un claro mensaje a La Moneda:
“Sería bueno tener una propuesta concreta para el 23 de marzo. Aprovecho esta
oportunidad para solicitar respetuosamente al Presidente, al Gobierno, al pueblo
chileno, y esperaré hasta el 23 de marzo para una propuesta específica que pueda
servir de base para una discusión”.
"Chile no tiene disputas fronterizas pendientes con Bolivia", respondió el
presidente Sebastián Piñera.
Así, el 23 de marzo de ese año, el gobierno boliviano anuncia un juicio
internacional que dos años después, en 2013, será instalado en la corte de La
Haya, cuyo fallo se prevé para fines de 2018 o comienzos de 2019.