Franz Flores Castro
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Como es de público conocimiento, el
próximo año se cumplen 200 años del 25 de mayo de 1809, fecha del primer
grito libertario de América, en la ciudad de la Plata, hoy Sucre. Para
conmemorar este hecho histórico, según ley congresal 2501, se ha creado
el Comité del Bicentenario que tiene como sede de sus funciones a
nuestra ciudad. |
Sin embargo, nada de esto ocurre en verdad en el sitio (www.bicentenario.bo);
antes bien, la idea de tiene el Comité de los hechos del 25 de mayo está plagada
de inexactitudes, irrealidades y errores de “typeo” que podrían pasarse por
alto, si no fuera por que se trata de la página web de un Comité que tiene como
misión realzar los hechos de mayo de 1809.
Nos referimos concretamente un artículo de esta página web que titula “Qué
sucedió (sic) el 25 de mayo de 1809? (una copia de este texto está como anexo al
presente trabajo).
Este artículo en el primer párrafo dice:
“El grito Libertario del 25 de Mayo de 1809, estuvo asomándose por la
Audiencia de Charcas desde principios de año, cuando algunos líderes sociales se
convencieron de que debían luchar contra la realeza española. Meses más tarde,
el pueblo comenzaría a gestar las ideas emancipadoras”.
Al respecto, se debe indicar que el grito libertario del 25 de mayo no estuvo
“asomándose” desde principios del año 1809, sino que es el resultado de un
proceso social y político que, según la autorizada palabra de Estanislao Just
Leo en su Comienzo de la independencia en el Alto Perú: los sucesos de
Chuquisaca de 1809, empezó con la llegada en 1797 del nuevo Presidente de la
Audiencia de Charcas Ramón García de León y Pizarro y todos los problemas
posteriores que se dieron con los oidores de Charcas.
Obviamente, que los hechos de mayo, son también fruto de rebeliones anteriores,
que marcan una especie de “estado de ánimo” (Mendoza), previo al ciclo de
revoluciones libertarias que empiezan con el 25 de mayo. Como menciona René Arze
en La participación popular en la guerra de la independencia, las revoluciones
del 25 de mayo y del 16 de julio de 1809 no solo son fruto de las ideas
políticas llegadas con la revolución francesa y con la independencia americana
sino que “son el resultado de una larga serie de disturbios proyectados desde
fines del siglo XVIII” (: 101) cuyo referente en relación a Charcas sería
una revuelta de mestizos, en julio de 1785, conocida como “revolución de los
muchachos” en repudio a los chapetones (: 103-105).
Por tanto, no es que los “lideres sociales” (sic) se hayan dado cuenta de
que “debían luchar contra la realeza española” recién en 1809 sino que
ella es fruto de todo un proceso social, ideológico y aún cultural, cuyo
resultado es el 25 de mayo, donde claramente las ideas emancipadoras ya estaban
cristalizadas y asumidas por el pueblo, y no como afirma el artículo del Comité,
que las mismas empezaron a gestarse por el pueblo meses más tarde.
Más adelante se narra la detención de Jaime de Zudañez, quien habría exclamado
“¡Me están llevando para ahorcarme!”. Aunque es casi imposible saber lo
que dijo Zudañez en ese momento, la verdad preferimos creer que, en realidad lo
que dijo Zudañez es “Patrianos, me llevan al patíbulo” que es lo que
indica Gunnar Mendoza en su texto Historia de la Independencia (: 253) que, la
verdad, suena un poquito más elegante y digno de un Doctor de Charcas.
Luego, el artículo de la página web del Comité, narra los efectos que tuvo el
arresto de Zudañez en el pueblo y dice “El hecho cala hondo en los
alrededores de la Plaza 25 de Mayo (sic), principalmente en las aulas de la
Universidad de Charcas”. Lo que es un grave error ya que, en 1809, no se
conocía una plaza 25 de mayo sino una Plaza Central o del Cabildo. Bajo esa
lógica, nada raro que Zudañez, ese día intentase fugar hacia la plaza que hoy
lleva su nombre o que, un día de esos, Montegudo, se encuentre mirando,
extasiado, su propia estatua. En fin…
En otro párrafo, el artículo del Comité señala:
“Desde la Audiencia disparaban cañonazos y descargas de fusilería para
amedrentar pueblo (sic). Pizarro ordena la libertad de Zudáñez, pero ya el
pueblo se había amotinado y atacaron la Audiencia y tomaron preso a Pizarro;
salió éste escoltado por la muchedumbre y conducido por los revolucionarios.
Nadie salió herido, no se derramó una gota de sangre, relata Gabriel René
Moreno”.
Aunque el artículo no señala el libro de Gabriel René Moreno, que le sirve de
fuente bibliográfica para estas afirmaciones, es posible decir, a la luz de la
investigación de Just Lleo que, evidentemente es el Presidente de la Audiencia,
Pizarro, el que ordena la liberación de Zudañez, pero que no es evidente que
Pizarro sea arrestado en ese preciso momento, sino que renuncia horas después,
en un oficio dirigido al Tribunal, en la madrugada del 26 de mayo.
Por otra parte, el dato de que “no se derramó una sola gota de sangre” es
muy relativa ya que según Mendoza el resultado del tumulto popular dejo “un
saldo de más de 30 muertos” (: 254) y Just Lleo menciona que el escenario de
los días posteriores al 25 de mayo no eran de paz, ya que un grupo “sin duda
atraído por el sordo rumor del elevado número de muertos –se decía que habían
sido más de treinta los cadáveres recogidos-, había vuelto portando un
destrozado retrato del presidente García Pizarro, que colgó (…) en la horca
levantada la noche anterior, colocándole encima un perro muerto” ( :125).
Por tanto la revolución de charcas fue como todas, violenta y, obviamente, nada
pacífica.
En suma, el artículo que está inscrito en la página web del Bicentenario,
adolece de confusiones de tiempo, imprecisiones historiográficas y falta de
seriedad en el manejo de fuentes bibliográficas. Detalles que, insistimos,
podrían dejarse de lado, si no se tratara de un documento que es publicado por
una institución que tiene como finalidad conmemorar los hechos históricos del 25
de mayo de 1809.
Sucre, 7 de octubre de 2008