ANA FRANK |
(Anne Marie Frank); Nació en Fráncfort del Meno, Alemania 12 de junio de 1929 - Joven de origen judío que dejó testimonio en un famoso diario, los dos años que vivió oculta con su familia para escapar al exterminio nazi. Hija de una familia germana de origen judío, se trasladó con los suyos a los Países Bajos con la llegada de Hitler al poder en 1933. Durante la Segunda Guerra Mundial, después de la invasión alemana de Holanda en 1940 y de padecer las primeras consecuencias de las leyes antisemitas, Ana y su familia consiguieron escondrijo en unas habitaciones traseras, abandonadas y aisladas, de un edificio de oficinas de Ámsterdam, donde permanecieron ocultos desde 1942 hasta 1944, cuando fueron descubiertos por la Gestapo. |
Ana llevó un diario de
ese período de reclusión, que su padre, único superviviente de la familia,
dio a conocer acabada la guerra, después de que Ana y el resto de la familia
hubieran sido detenidos y confinados en un campo de exterminio, en donde
murieron. El Diario constituye un conmovedor testimonio de ese tiempo de
terror y persecuciones. Albert Hackett y Frances Goodrich lo adaptaron al
teatro, y George Stevens lo llevó al cine en 1959.
El Diario de Ana Frank
|
En el Diario, Ana Frank, imagina
que escribe a Kitty, una amiga hipotética, para contarle las
peripecias de su vida en el escondrijo donde vivió desde el 14 de
junio de 1942 al 4 de agosto de 1944, cuando la Gestapo descubrió la
"dependencia secreta" en la que vivían la familia Frank (compuesta
por los padres, por Ana y por su hermana mayor Margot), la familia
Van Daan (la madre, el padre y su hijo Peter) y el dentista Dussel,
con la vana esperanza de escapar a la captura de los nazis. |
Alejada de sus coetáneos y de los intereses que sonreían a su exuberante juventud, pero también, aunque a la fuerza, de la barbarie del momento, la autora-protagonista mira y juzga las cosas con un candor que subyuga.En las páginas del Diario, a menudo alegres y divertidas, asistimos al desarrollo intelectual y físico de una muchacha, a la variedad de sus problemas, de sus estudios y diversiones a pesar de su reclusión, a sus relaciones y a sus juicios sobre sus familiares y compañeros de aislamiento y sobre los hombres en general. Los acontecimientos y fases alternas de la guerra y de la política mundial, tal como lograban llegar a aquel refugio aislado, adquieren un aspecto nuevo y diferente, con perspectivas insospechadas. Y la vida de una reducida colectividad, obligada a compartir la buhardilla en condiciones tan dramáticas, se ilumina con episodios singulares, en los que los hechos triviales de la vida diaria adquieren una importancia particular, y donde una niña con mirada clara y terriblemente objetiva se juzga a sí misma y a los adultos, analizándolo todo con gran libertad.
Ana Frank habla de sus aspiraciones a corazón abierto, y también de los peligros, pero con gran conocimiento y sin perder la esperanza. Dos personajes del exterior (el señor Kraler, amigo de Otto Frank, y Miep, secretaria de Frank y luego de Kraler) son como seres que pertenecen a otro planeta y que, como promotores del ocultamiento de los Frank y favorecedores de los mismos, parecen redimir al resto de la humanidad de sus culpas de complicidad y de miedo.
El idilio que se inicia entre Ana y Peter tiene la gracia de una flor espontánea en sus diversas fases y manifestaciones; la descripción de la pubertad tiene una delicada naturaleza que difícilmente se encuentra en otra parte; el afecto por un gato parece el símbolo de los vínculos deseados pero imposibles con el mundo externo; las relaciones con los padres (y en particular, con la madre) se observan con gran madurez. No hay nada que la induzca a prorrumpir en invectivas y a juzgar con acritud aquella vida tan injusta y contraria a la naturaleza. "A pesar de todo, continúo creyendo en la bondad íntima del hombre", afirma Ana en el Diario; estas palabras constituyen la moral de este libro que, nacido como de una necesidad personal, tiene la honestidad genuina e inmediata de un desahogo espontáneo nunca dirigido a la publicación.
Las alusiones a los
problemas judíos (que podrían parecer frecuentes en una persona que vivía en
aquellas condiciones especiales pura y simplemente por la "culpa" de
pertenecer al pueblo judío) son muy raras, aunque inspiradas en una extrema
dignidad y firmeza: Ana pertenecía a una de aquellas familias asimiladas que
no habían tenido una profunda cultura hebrea y que sólo muy tarde se dieron
cuenta de todo ello. El libro, además de sus valores humanos y documentales,
revela en la joven autora cualidades literarias nada comunes: el mismo hecho
de fingir una destinataria para sus confidencias es ya un índice de madurez
artística.
Traducido a todas las lenguas y llevado también al teatro y al cine, el
Diario de Ana Frank se ha convertido en el paradigma testimonial, más
impresionante incluso que otros documentos detallados, de la opresión
sufrida en muchos países bajo el nazismo y de las condiciones en que
millones de personas se vieron obligadas a vivir con la esperanza de escapar
al exterminio.
Ana Frank, víctima
judía de los nazis, murió el 12 de marzo de 1945, en el campo de
concentración de Bergen-Belsen, Alemania.
Unos dos meses antes de que fuera liberada. Sus restos fueron arrojados, como
los de miles de judíos, a una fosa común. |
|
Ana Frank
escribe por última vez en el diario el 1º de agosto de 1944,
tres días antes de que la GESTAPO arreste a los habitantes del
anexo. |